Los Jefes Los Cachorros

“Los jefes” es un conjunto de relatos en los que predomina, claramente, la violencia. Estas breves narraciones se desarrollan en Piura, ciudad peruana.

Tengo que admitir que, al principio, me costó pillar el ritmo de los relatos. Sin embargo, pronto cogí marcha y me adentré en ellos. Me adentré en ellos para descubrir personajes violentos, empeñados en demostrar rebeldía, virilidad, personajes desarraigados. Es una obra en la que predominan las sombras, lo oscuro.

El primer relato, “Los jefes” capta la atención de una manera extraordinaria. En pocas páginas, Vargas Llosa es capaz de transmitir la fuerza de una comunidad de estudiantes que, rebeldes y, en muchas ocasiones, violentos deciden alzarse contra el poder establecido. El segundo relato, “El desafío” sigue la misma línea, pues presenta una pelea nocturna. A continuación tenemos “El hermano menor” donde se refleja también cierto racismo.

Los tres siguientes relatos continúan con la misma temática. Con "día domingo” se muestra esa búsqueda y demostración de la virilidad para conquistar a la mujer. En “Un visitante” se refleja la traición. “El abuelo”, por último, es un relato algo estremecedor.

En cualquier caso, el resumen de estos relatos es la violencia. Vargas Llosa, gran captador de la realidad, en este caso, la traslada de manera directa,
sencilla. Esto ahora más que nunca puede cobrar sentido: ¿vivimos en una sociedad violenta en la que el poder se impone y la justicia se rechaza como el director se alza contra los estudiantes? ¿predomina, pues, en nuestra sociedad la violencia, como podemos observar en la pelea nocturna? ¿Es esta una sociedad donde prima la virilidad, donde es fundamental mostrarse y exhibirse como un hombre viril, fuerte, capacitado e invencible? ¿Late en nuestra sociedad ese racismo que traslada Vargas Llosa? Son cuestiones que traslada Vargas Llosa en sus relatos al reflejar una realidad que él considera violenta, injusta, en la que predomina el egoísmo y el afán por superar a los demás.

Algo más me ha gustado “Los cachorros”, pues al ser un relato corto, lo he visto más unificado que los relatos anteriores. “Los cachorros” nos presenta la historia de Pichulita Cuéllar, desde que de joven es castrado por un perro, hasta su alcance de la vida adulta.

En este relato corto se tratan los mismo temas que hemos visto en “Los jefes”. Pichulita Cuéllar, castrado desde joven, se mueve en un ambiente hostil, que se va desarrollando y del que él, poco a poco, va quedando al margen.

Es imposible no sentir cierta ternura o tristeza por Cuéllar, pues al fin y al cabo no se trata más que de un joven que no consigue encajar en la sociedad o grupo que le rodea.

Se va alejando poco a poco de sus amigos, sufriendo la presión que estos ejercen sobre él: envidian su favoritismo en el colegio, Cuéllar no consigue conquistar a ninguna mujer… Además, el ambiente familiar no pone ningún tipo de norma en el comportamiento de Cuéllar.

Se van sumando, pues, frustraciones a la personalidad de nuestro protagonista que, finalmente, hacen que este sienta la necesidad de demostrar más de lo que es a través, cómo no, de la virilidad. El final de “Los cachorros” cierra el desarrollo de Cuéllar: es el final que le corresponde a un personaje como él, que no ha logrado encajar, que se siente asfixiado -moralmente sobre todo- en el ambiente que se mueve.

Como vemos, tanto “Los jefes” como “Los cachorros” presentan una temática parecida, pues ambos responden a ese deseo de reflejar la realidad que siente Vargas Llosa. En este aspecto, cabe señalar que Vargas Llosa innova en su novela un poco más allá de un simple realismo.

Por eso, quizá, me ha gustado más “Los cachorros” que “Los jefes”. En el primero he conseguido conectar con el protagonista, sin embargo, en el conjunto de relatos se consigue algo diferente: calar los temas aunque no los personajes. Por último, algo que me gustaría destacar de “Los cachorros” que ha hecho de su lectura algo ameno y dinámico es la técnica narrativa de Vargas Llosa: en el relato tan pronto escuchamos la voz del narrador como la de los personajes, pero todo entremezclado, combinando el estilo directo, el indirecto, el indirecto libre, las secuencias más narrativas y descriptivas… Todo está unido, y refleja tanto el interior como el exterior de los personajes. Una técnica narrativa innovadora y extraordinaria: perfecta para aquellos a quienes nos gusten -hasta cierto punto- las innovaciones literarias.