Te he enseñado a soñar. ¿Tengo que enseñarte también a vivir? (...) Sé otra persona. Te daré esa vida, su vida. Lo único que pido a cambio, y creo que es justo, es la tuya. |
Te he enseñado a soñar. ¿Tengo que enseñarte también a vivir? (...) Sé otra persona. Te daré esa vida, su vida. Lo único que pido a cambio, y creo que es justo, es la tuya. |
Agarró el volante con ambas manos y mantuvo la vista fija, obstinada en el esplendor de la mañana, resistiendo a los recuerdos, aferrándose al aquí y ahora. Basta. Ya había pasado. Aquello ya había ocurrido hacía mucho tiempo.
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¿Y si una parte distinta de su ser, la parte que recordaba, la parte que soñaba, nunca había renunciado a su pasado? ¿Y si nunca se había aferrado por completo a su vida actual?
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Si te niegas a soñar, cortas el canal de comunicación más directo entre el consciente y el inconsciente, por lo que este tiene que buscar otras vías para ponerse en contacto contigo.
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Con cada elección, cada vez que se producía un suceso cuántico, el universo se dividía, por lo que se hallaba en un desdoblamiento constante del que nacían nuevos mundos a cada momento. Todo lo que pudiese suceder sucedía en un universo alternativo.
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¿Con qué frase empieza esta novela?