Este libro ha estado bien pero, para mí, no tanto como el bombo que le han dado. Me ha gustado, desde luego, narrado en capítulos cortos y con un lenguaje fluido se lee muy bien. Entonces ¿qué pero le veo? Para empezar que no es nada nuevo que un detective, comisario o inspector tenga problemas de salud, esto ya lo descubrí con Mankell y empieza a convertirse en una técnica muy utilizada para que simpaticemos más, si cabe, con el investigador de turno. Para continuar la protagonista, a mi modo de ver, se comporta de forma un poco egoísta, pero no diré por qué, si no destriparía la historia y eso no lo deseo. Me chocan muchas cosas que suceden en la historia y no me cuadran por ejemplo: el comportamiento del asesino, más que su comportamiento su forma de conocer cosas que, en teoría no debería saber. Y, por último, compararlo con Lemaitre o con Quebert, no me ha parecido de recibo. En fin, tened en cuenta que esto es solamente mi opinión. Pero, por lo demás la historia está bastante bien.
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