Flores sobre el infierno

Leído por diversas recomendaciones, tanto de compañeros de lecturas como de críticas leídas... y realmente no me ha defraudado.
Me ha gustado la forma de narración, la descripción de personas y paisajes, el desarrollo de la trama, los personajes... aunque la autora hubiera escrito algunos relatos antes, no parece en absoluto que se trate de una primera novela.
Empezamos por la narración. Es una escritura ágil, fluida, aunque sin tener un ritmo digno de película, hace que te mantengas enganchado a las páginas. Está escrita en tercera persona, pero va alternando capítulos con lo que acontece en diversos momentos y a los diferentes personajes: los policías a cargo de la investigación, los niños que se ven implicados en los hechos, los acontecimientos del pasado que desembocaron en el drama actual.
También describe muy bien los paisajes de montaña donde transcurren los hechos, el ambiente del pueblo, las relaciones que se van estableciendo...
Después tenemos a los personajes. Aunque no se trate de una novela coral, porqué tenemos dos protagonistas destacados (la pareja encargada de la investigación), también destacan los niños del pueblo implicados; así como otros personajes: los policías que forman parte del equipo, el médico del pueblo, la madre de uno de los niños...
Todos ellos están admirablemente descritos, según la importancia que cobran en la narración. Y lo que me ha sorprendido es que todos son muy congruentes a lo largo de todo el libro, actuando en todo momento acorde a lo esperado según sus características.
La pareja protagonista también es digna de mención. Teresa es una comisaria ya mayor, cercana a la jubilación, con un carácter arisco, seco, y muy preocupada por su estado de salud. Debe trabajar con Massimo, recién llegado de la gran ciudad, trabajador, entregado, afable... que choca continuamente con los desplantes de su superiora.
La trama es bastante previsible en general, pero no así en los detalles, lo que te hace estar muy pendiente del quién; y, sobre todo, del porqué.
Los crímenes en sí, son bastante “gore”, pero la autora no se recrea en ellos, dejando bastante a la imaginación de cada lector.
Es cuestión de seguir a la autora, si acaba convertida la novela en una serie.