La desaparición de Annie Thorne

La novela arranca con una escena en la que dos policías encuentran los cadáveres de una profesora y su hijo en condiciones espeluznantes. Un inicio de infarto.
Joe, un profesor de 40 años, con tendencia al alcoholismo y adicto al juego vuelve a Arnhill, su antigua ciudad para dar clases en el instituto, poco a poco vamos descubriendo que regresa porque le echan de su antiguo trabajo pero también escapando de una cuantiosa deuda de juego. A través de los recuerdos de Joe de su adolescencia, cuando contaba con 15 años, conocemos la historia de Annie, su hermana y su extraña desaparición.
Hay varias tramas en la novela que al final, más o menos encaja la autora, más o menos, porque deja hilos sueltos lo que provoca una decepción en la novela. Hay un elemento sobrenatural, o un amago mejor dicho, y que cierra en el libro sin respuestas. Y una de las escenas finales de acción, fue muy pobre en cuanto a su resolución.
Contada en primera persona y en dos líneas temporales, el presente y los recuerdos, vemos como se refleja el bulling en los institutos o lo que se hace para no sufrirlo y las consecuencias que se tendrán para siempre, escenas que se alternan con las pesadillas de Joe que la escritora mete con calzador para dar algo de terror o poner alguna escena desagradable dentro de la historia y que parezca una novela negra, tirando a terror, nada más lejos de la realidad.
En líneas generales, una vez empezado el libro, me ha tenido enganchada hasta el final, se lee rapidísimo, pero deja cabos sueltos, una historia que resuelve de manera mediocre y un suceso del que podía haber tirado de la trama y hubiera resultado muy interesante la deja sin respuestas, me ha faltado más acción, drama o terror, esperaba algo más.
Entretenido para los amantes de la novela negra sin grandes sustos.