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Es una historia que se compone de dos líneas temporales. En el pasado, Annie desaparece una noche sin dejar rastro. Vuelve al cabo de dos días, pero ya no es la misma. Es salvaje, alguien la ha cambiado. En el presente conocemos a Joe, su hermano. Ha vuelto al pueblo, vuelve a ocurrir lo mismo que sufrió Annie. Las novelas que se centran en desapariciones me apasionan y esta prometía mucho, me encantan las tramas donde alguien debe enfrentarse a su pasado. Sin embargo, creo que la sinopsis de este libro no tiene nada que ver con lo que terminamos encontrándonos. Me ha parecido una obra con un montón de lagunas y mal construida. No se habla en absoluto de la desaparición de Annie, y nadie parece darse cuenta del cambio que ha dado la niña, algo que parece impensable. El reencuentro actual de Joe con su pueblo natal es demasiado extraño, todo el mundo se muestra receloso con él. Encontramos un adulto solitario al cual durante la mayor parte de la novela no le ocurre absolutamente nada más allá de pelearse con sus antiguos compañeros. Los personajes son tan fríos, y se los representa de forma tan vil, que no he logrado empatizar. En resumen, siento que faltan muchísimas explicaciones. Ya no solo en las relaciones entre los personajes y su pasado, sino en el propio final de la novela, el cual me ha parecido vacío y difícil de comprender. Esta historia no ha sido para mí. |
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