—Me has preguntado por qué te besé. Me atrevo a levantar la vista y veo sus ojos azules clavados en mí, encendidos. —Y has dicho que fue porque querías. —Esa no era la respuesta correcta. —Se estira para quitarme los mechones de pelo mojado de la frente y contempla mis rasgos con una mirada voraz—. Estoy loco por ti y no podía contenerme un solo segundo más. |