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Hoy es un lunes especial para mi: ¡¡He terminado de leer un libro que me ha gustado muchísimo y cuya lectura quiero compartir con vosotros!!!! Se trata de la Señorita Mackenzie, una novela de Anthony Trollope. Antes de comenzar con la crítica me gustaría contaros que Anthony Trollope es un autor del siglo XIX, que en su época tuvo al menos la misma fama que Dickens y que mantuvo una relación de amistad con su coetáneo Wilkie Collins. Trollope tuvo una vida llena de dificultades económicas que se reflejan en muchas de sus obras, como en esta que hoy comento. La novela tiene como tema las consecuencias que el cambio de fortuna tiene en la vida de las personas, en este caso de la Señorita Mackenzie. Margaret Mackenzie es una joven de 35 años que ha pasado toda su vida cuidando de su familia, primero de su padre y después de uno de sus hermanos. Cuando el hermano fallece, lega toda su fortuna a Margaret, lo que supone un gran cambio en su vida. Por una parte, el resto de su familia se siente ofendida por el hecho de que todo el dinero vaya a parar a Margaret. Por otro lado, Margaret, que se había resignado a permanecer soltera, ve atónita como surgen pretendientes en los lugares más insospechados. Estos pretendientes son, por cierto, bastante terribles: un clérigo bizco, un primo viudo, calvo y con nueve hijos y un socio de su hermano bastante hortera. Lo que más me ha gustado de este libro ha sido la capacidad del escritor para profundizar en los procesos psicológicos de los personajes, en su evolución. No son seres estáticos, sino que todos ellos cambian según se van sucediendo los acontecimientos. La protagonista parece en un primer momento un ser bastante pacato, sumiso y falto de iniciativa, pero muy pronto nos encontramos con una mujer que es valiente, honesta, generosa y resolutiva. Todo esto hay que unirlo a la capacidad del autor para mantener tensión en la trama e introducir el sentido del humor. Si hay que comentar algo negativo sería su visión del papel de la mujer en el mundo, aunque mucho me temo que ésta coincidiría con la de la mayoría de hombres de la época. La señorita Mackenzie me ha hecho retomar el placer de leer a los autores ingleses del siglo XIX y exclamar junto a Tolstoi "Me mata, me mata con su maestría". |
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