Con una pluma muy elegante, delicada y con cierto humor muy sutil Towels nos adentra en Rusia desde los años 20 hasta 1954,donde el conde Rostov es condenado al exilio en el hotel Metropol a escasos metros del Kremlin por escribir unos poemas revolucionarios. Allí confinado conoceremos los años más turbulentos del país, conoceremos a personajes muy variopintos, un micro universo reflejo de la sociedad rusa que se mece entre el lujo y la decadencia del nuevo régimen. Una gran ambientación que a pesar de sus 509 pgs el ritmo de la narrativa se mantiene. Te mantiene espectante en todo momento. Contiene grandes reflexiones sobre la lealtad, la pérdida, y lo importante que es rodearte de buenas personas, porque al fin y al cabo es lo que vamos a llevarnos, esos recuerdos de lo bonito de la vida. Un libro que te deja con una sonrisa cuando lo terminas. de los que recomendaré siempre. |