Un caballero en Moscú

Primer libro del año y he empezado regular, ya que me ha decepcionado. Sólo leía buenas opiniones sobre él, así que me decidí a comprobarlo y me ha aburrido un poco, tan sólo salvo la parte central de la historia.
El conde Rostov me ha parecido un personaje poco creíble, con el que no he conseguido empatizar, al igual que también me ha parecido poco creíble la historia: un arresto domiciliario en un hotel de lujo, cuando los bolcheviques, y más en aquella época, no se andaban con medias tintas con los que consideraban contrarios y críticos a su régimen. El conde se moverá como Pedro por su casa en esta “cárcel”, sin sentir agobio, charlando con unos y con otros, como si no fuera un preso político.
En mi opinión lo más valioso del libro es la cariñosa relación que entabla con dos niñas en diferentes épocas en el tiempo. Ahí sí he conseguido ver un personaje tierno, sensible y con sentimientos.
En definitiva, un libro al que tenía muchas ganas, al q iba con las expectativas muy altas, y que no ha sido para mí, no era el momento.