 |
Tomás hapasado toda su vida tratando de convivir con el dolor durante su infancia, acosado en el colegio y sin apoyo familiar. Porque a Tomás le llamaban Tomasa, le insultaban sin que él desde sus 6, 7, 8 años entendiese las razones. Ahora, ya con 52 años y tras haber roto con su pareja, regresa al hogar familiar a pasar las Navidades. Una semana que le hará revivir el pasado y enfrentarlo. Llegué a este libro por casualidad y ni de lejos esperaba lo que me he encontrado. Una historia que dura siete días, que es el tiempo que Tomás pasa en Madrid, pero también los ocho años en los que no tuvo nombre y en los que sufrió lo indecible en lugares (el colegio y la familia) en los que debería haberse sentido protegido. "...cuando la vida tenía obligación de protegerme, me robaron la voz". Soy de la misma generación que el protagonista y en estas páginas he reconocido costumbres, frases, modos de hacer de mi infancia... y no todos me han gustado. El Tomás niño sufre porque no entiende lo que ocurre pero tiene miedo, se encuentra solo y no sabe a quién recurrir. Y las personas adultas de su entorno le dan la espalda, cierran los ojos por no importa qué razones, mientras él aprende "a tener miedo y a odiar. A los demás y a mí mismo". Durante esta semana pasan muchas cosas, y en aquellos años del pasado ocurrieron muchas más. Tantas que Tomás no ha conseguido superarlas ni siquiera haciendo terapia, porque no es fácil perdonar lo sufrido dentro y fuera de casa. Hace tiempo que creo, como él, que no hay que blanquear a la familia cuando los hechos son objetivos. Y en este caso (por desgracia) lo son. Léela, te la recomiendo. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
>
