Para alegría de muchos, Tolstoi no se limitó a escribir novelas larguísimas. Como ejemplo tenemos La felicidad conyugal, una obra escrita con una prosa elegante, precisa pero a la vez muy ágil, nos cuenta la historia de amor entre dos personajes separados por la edad y la experiencia vital. Si al principio la joven protagonista ve con cierta suspicacia la mirada apasionada de su amigo, pronto experimentará la misma pasión que él. Pero en el matrimonio no todo son alegrías y pronto la joven descubrirá en qué consiste la felicidad conyugal. El libro tiene un tono nostálgico y se puede estar más o menos de acuerdo con sus ideas, pero pocos podrán negar que está escrito con una gran maestría. Si eres un novato en literatura rusa, te lo recomiendo. |