Es muy difícil reseñar una obra de tal envergadura como Anna Karenina y a un autor de tanto trasfondo literario como Tolstoi. Este pequeño escrito no aspira a ser una reseña ni de lejos, tomémoslo más como una humilde opinión que no va a poder reflejar todo el peso de una obra de tal calibre. Anna Karenina, escrita en 1877, lo es todo, un compendio de literatura. Tanto en su temática, donde nos presenta a una mujer casada que comete un desliz amoroso y queda marcada por toda la sociedad conservadora de la época. Como por su ambientación, el Moscú y la Rusia del siglo XIX, donde asistimos a una magistral puesta en escena de la sociedad, cultura y tradiciones a través de durísimas críticas a la aristocracia. La política y el auge tecnológico, sobre todo en el sector agrario, se entronca también con la trama, presentándonos una continua lucha entre liberalismo y conservadurismo. Y por supuesto, no hay que olvidar el gran trasfondo trascendental de la obra, tras las palabras del autor subyace un fuerte componente filosófico y religioso, llegando a reflejar en partes, verdaderas diatrabas moralistas o compendios de conocimiento. Es importante también destacar el papel de la mujer en la época, Anna lucha por su libertad e independencia en una sociedad que la pisa constantemente. Sin embargo, su historia se diluye y se convierte en más secundaria, para presentar al lector múltiples tramas paralelas y personajes de gran profundidad y elaborada psicología cuyo pensamiento interior se convierte en la base de la novela; maravillosos los monólogos interiores a los que asistimos durante la trama. Tras todas estas disquisiciones, ¿podemos decir que sea una novela redonda? Cuasi redonda en tal caso. Es magistral e inigualable, con una técnica narrativa excepcional, llena de descripciones perfectas y una inmersión total en la mente de los protagonistas; pero me ha sobrado un poquito de juicios de valor de Tolstoi y me ha faltado más protagonismo para Anna y más acción en la trama. Una novela maravillosa, que no podéis eso sí, dejar de disfrutar. Anna Karenina y Tolstoi es literatura en mayúsculas, una de las mayores gestas escritas que os podáis encontrar. Imprescindible. |