El Señor de los Anillos III. El Retorno del Rey

Aviso: esta reseña contiene spoilers de los dos anteriores libros de la trilogía, ya reseñados.

Los ejércitos del Señor Oscuro van extendiendo cada vez más su maléfica sombra por la Tierra Media. Hombres, elfos y enanos unen sus fuerzas para presentar batalla a Sauron y sus huestes. Ajenos a estos preparativos, Frodo y Sam siguen adentrándose en el país de Mordor en su heroico viaje para destruir el Anillo de Poder en las Grietas del Destino.

Por fin llegamos al final del camino. El libro comienza, como en el anterior, mostrándonos la parte de los hombres, que se esfuerzan por frenar las fuerzas de Mordor. Esta primera parte está llena de momentos increíbles y épicos, con batallas muy emocionantes que te harán sudar por los personajes. Siento que este principio se hace muy corto, Tolkien hace que vueles entre sus páginas con una narrativa que te atrapa con su dinamismo.

Después, pasamos a un acto final en el que los protagonistas son los hobbits, centrándose casi el resto del libro en ellos, incluso tras la caída de Sauron. Es en esta parte en la que hay más diferencia con las películas, y me ha encantado descubrir lo que me había perdido hasta ahora. La relación de Frodo y Sam es una relación de camaradería como no ha existido nunca, puedes ver el cariño que se profesan entre ellos y todo lo que están dispuestos a hacer el uno por el otro. Su amistad nos acompañará por los terribles momentos del final del anillo en una epopeya impresionante.

Esperaba mucho de esta trilogía, y no me ha decepcionado, de hecho, me ha gustado más de lo que esperaba. Si bien creía que la narrativa de Tolkien se me haría espesa, me ha encantado como detalla pequeños momentos para hacer a los personajes más memorables y como se recrea en el paisaje, construyendo un cuadro en tu mente. Desde luego, El señor de los anillos merece su lugar como una de las mejores obras jamás escritas.

Irbis.