No dejar que se apague el fuego

Qué importantes los cuidados, conservar la memoria de nuestras propias vidas, narrar los hechos desde voces femeninas.

Un libro protagonizado por tres mujeres. Tres generaciones: abuela, hija y nieta. Mujeres fuertes, de férrea personalidad y que cada una lidia con lo suyo, que no es poco. Tres maneras de ver el mundo. de afrontarlo.

Tengo que destacar la traducción porque me ha parecido maravillosa con ese lenguaje coloquial, esos chascarrillos y ese vocabulario lleno de ingenio. Un libro que te hace pasar de la risa a la emoción y a la lágrima en segundos.

Pero para ingenio el de Swiv, la narradora de la historia. Una niña con su complejidad y su particular manera de ver el mundo. La manera en que Toews ha sabido meterse en el imaginario de una niña con el vocabulario, con la manera intrépida de narrar y con esas emociones propias y tan puras, me ha parecido brillante.

Sin duda, destaco esa relación entre ellas, pero sobretodo me quedo con la relación nieta y abuela. Una relación basada en los cuidados, en el amor más puro, en el cariño, en la ternura, en la escucha activa de Elvira hacia su nieta. Teniéndola en cuenta, participando en ese juego infantil, en esa imaginación insólita de Swiv. Me emociona mucho. Y son las protagonistas de los momentos más graciosos que contiene esta lectura.

Elvira y Swiv, Swiv y Elvira. Tal para cual, sin duda. Si te gustan esas historias que parecen una carta de amor a las abuelas, éste será tu libro.

Me quedo con Elvira cantando a pleno pulmón a su nieta una de las canciones más bonitas del mundo que es chiquitita de ABBA