El libro es una comedia romántica ligera con la que no puedes dejar de sonreír. Tanto Lucy como Joshua son personajes súper entrañables. Y, aunque he de reconocer que Lucy a veces me ha parecido muy insistente y Joshua adolece un poco de ser demasiado perfecto, son tan divertidos que termina por olvidarlo. Los padres de Lucy, su plantación de fresas y toda su excentricidad ayudan a darle un toque todavía más fresco a la narración. Es encantador ver evolucionar a los personajes, ver como Joshua - frío, calculador y altivo - pasa a ser una bollito de crema y como Lucy acaba dejando entrar a alguien a quien consideraba su archienemigo. Me terminé leyendo el libro en cosa de una tarde así que os lo recomiendo si buscáis algo ameno y entrañable |