Has llamado a Sam

Éramos las dos partes de una misma canción. Él era la música, y yo, las palabras.

Todo este tiempo me he preguntado por qué nos han dado una segunda oportunidad. Tal vez siempre hayamos estado conectados, incluso después de que te fueras. Porque no te voy a perder nunca. Ahora formas parte de mí. Estás allá donde mire, cayendo del cielo como pétalos.

“Tenemos demasiadas voces en la cabeza. Tienes que elegir las que significan algo para ti. ¿Qué historias quieres contar de verdad?”.

Puede no estar físicamente aquí, pero siempre llevarás una parte de él contigo. Sé que tu tiempo con él ha resultado ser más corto del que querías, pero ese tiempo juntos no es algo que puedas devolver. Pasar página no es sinónimo de olvidar. Es buscar el equilibrio entre seguir con tu vida y mirar atrás de vez en cuando, recordando a la gente de tu pasado.

Es como un universo alternativo en el que el tiempo transcurre de forma distinta, donde los campos son infinitos y donde la tierra que pisamos se vuelve más inestable que nunca.

No decimos nada más. Simplemente vivimos en silencio en ese mundo imaginario donde, para todo lo que deseo, sigue habiendo una preciosa posibilidad.

Odio admitirlo, pero tiene razón. Debería prepararme para un mundo en el que nadie esté de tu parte ni dispuesto a ayudarte, aunque esa ayuda no les cueste nada.