Gambito de dama

“Las niñas no juegan al ajedrez”, así le dijo a nuestra protagonista ,el conserje del orfanato, cuando ella le pidió que le enseñara. Qué pena de frases y de tantas otras, así de denigrantes y discriminatorias, a lo largo de los años y a través de tantas sociedades…

Esta es una novela viva, una novela que se saborea por la pasión que sale de sus páginas.

Elizabeth Harmon, su historia desde los 8 años hasta los 19, toda ella compleja, inteligente, brillante, solitaria, guerrera…su única y febril pasión, el ajedrez…siempre su meta, ganar. Ganar, ser la mejor en lo que ama pero la mejor en un espacio donde, de pequeña intuye, sabe, que no es tan bienvenida, que sólo es admirable por el hecho de ser niña prodigio y mujer jugando al ajedrez. Y aquí viviremos junto a ella sus demonios y su rabia pero también toda su sensibilidad expuesta a golpe de aperturas y defensas, intercambios y sacrificios, sus batallas en la vida y en el tablero.

Quien conozca de ajedrez disfrutará más vívidamente, pero el lector ignorante del tema también lo puede hacer. En mi caso sé sólo lo básico, un poco de términos porque fue el deporte al que me apunté en la Universidad para huir de la educación física. Sí, eso hice…todo se quedó en aquellas clases "salvadoras". Pero Walter Tevis hace que te metas de a lleno en cada combate, y esto me encantó, porque sientes todo, entiendes todo aún sin saber nada.

En resumen, es una lectura para no olvidar, para releerla en algún momento, como una muestra más, entre tantas, de que siempre podemos más, aún si el mundo te dice que no, aún cuando parezca todo más difícil o más oscuro.

Por último, ya estoy viendo la serie pero qué va, me quedo con el libro, más rico, más jugoso, como diría una ya muy querida amiga lectora .