Echar un ojo al Universo y tratar de encontrar respuestas a lo inexplicable, siempre me pone en mi sitio, me da consciencia de lo insignificantes que somos, así como de lo poco de sabemos a pesar de todo lo averiguado hasta nuestros días. En esos momentos, me siento como al borde de un precipicio contemplando frente a mí la inmensidad de un mar contra el que, sin lugar a dudas, no tendría nada que hacer en un largo cuerpo a cuerpo. . El 10 de marzo de 2021, doscientos cuarenta y tres pasajeros de un avión procedente de París aterrizan en Nueva York tras atravesar una tormenta. Tres meses después, un avión idéntico con exactamente los mismos pasajeros y tripulación vuelve a tomar tierra en Nueva York. Sí, el mismo, y con un pasaje que no ha vivido ese trimestre transcurrido. La anomalía no solo se centra en tratar de dar una explicación a ese fenómeno, sino también en las consecuencias humanas del mismo. Y más allá de lo interesante que han sido todas las reflexiones científicas y religiosas extraídas de este suceso, las que más me han calentado la cabeza han sido las personales. . Un libro que me ha dejado loca porque juega con lo inexplicable y nos invita a pensar, inevitablemente, sobre qué haríamos de estar en el lugar de sus protagonistas. |