Spiderlight

Cyrene siempre había sido excelente peleando cuerpo a cuerpo y, a pesar de ser tan puros, los monjes tenían los genitales en el mismo lugar que el resto de los hombres.

Eres una sacerdotisa. Eso implica que la gente no te mira del mismo modo. Pero créeme cuando te digo que la mayoría de nosotras no podemos hablar con un hombre sin que nos mire con condescendencia y decida si quiere o no meternos un buen viaje. Y si lo hace, da igual lo que seamos, da igual lo que hagamos, siempre está ahí en algún ligar de su mente. Y si no le gustamos, eso también en un prejuicio, eliminándonos de la lista como algo sin valor. No puedes librarte de ello. Y siempre implica que eres una mujer primero. No eres una guerrera, o una arquera, o siquiera una amiga con quien tomar un trago. Eres una mujer, y eso significa que teines tu sitio, y un uso.

Vosotros, los héroes, vosotros sí lo creéis. Vais por la vida haciéndoos cosas terribles unos a otros y a todo lo demás, pero de alguna manera os arregláis para creer que tenéis razón.

Que lo hubieran transformado en aquello y que ahora estuvieran tan disgustados como para querer disfrazarlo le presentó una nueva palabra. Hipocresía.

Demasiadas riquezas, ¿qué nos diferencia entonces de cualquier noble o rey de pacotilla si abusamos de nuestra influencia? Y si estuviéramos demasiado empobrecidos no lograríamos respeto. La gente relaciona la opulencia con éxito, sin importar cómo lo utilicemos.

No era capaz de separar el bien del mal: estaban entrelazado, como amantes.

El mandato de Armes… había confirmado que solo los seres humanos estaban hechos para la Luz, y que aquellas otras razas antropomorfas eran criaturas de la Oscuridad. Sin embargo, aquí todo era gris.

Cuando Dion valoraba el mundo, su principal pregunta era: «¿esto es Luz u Oscuridad». El interés principal de Penthos era casi siempre: «¿Esto arde?».