Esperaba mucho de Søren Sveistrup, conocido por ser el creador de la serie danesa "The Killing". Y no ha decepcionado con su primera novela. Grandes personajes (me supo mal despedirme de Thulin y Hess), una ambientación de primera y una historia retorcida, con su crítica social y unos giros imprevisibles que te tienen en vilo hasta la última página. Todo empieza con el hallazgo de una joven en un apacible suburbio de Copenhague, asesinada y abandonada en un parque infantil. le han amputado una mano y sobre el cadáver cuelga una pequeña figura hecha con castañas. En la figura de castañas descubren una enigmática huella que les va a llevar a la hija de la ministra de Temas Sociales, Rosa Hartung, desaparecida un año antes y presuntamente fallecida. Un hombre duerme en la cárcel tras confesar el crimen y el caso consta como resuelto, aunque nunca se halló el cuerpo. La joven y tenaz inspectora Thulin, con la ayuda a desgana de su compañero, Mark Hess, que acaba de ser expulsado de la sede central de Europol, intentarán hallar la conexión entre las muertes que se suceden una tras otra... y la hija de la ministra. Si es que la hay. La clave puede estar en esos inocentes muñecos de castañas. Con esta premisa, y una crítica nada velada a los servicios sociales donde se pierden miles de niños entre los engranajes inhumanos del sistema, Sveistrup construye un rompecabezas brillante. Simplemente, un thriller de 10. |