El contrabajo

¡Sorpresa! Verdaderamente ha sido una sorprendente y gratificante lectura, es muy corta pero muy intensa también. La ironía y el sentido de un humor, un tanto ácido y corrosivo también nos inunda.

Escuchamos música, oímos la orquesta, prestamos atención al contrabajo, y también en ciertos momentos, su protagonista, el músico, nos alborota con subidas de tono y ruido.
También sabemos y sentimos sus sentimientos, su soledad…

Bueno, el título ya lo dice, el contrabajo será el instrumento, objeto de todo tipo de análisis y el centro de esta pequeña obra dramática, un monólogo, que parece que tuvo bastantes representaciones y fue muy bien recibido.

Y fue la primera obra del autor, que más adelante se daría a conocer, sobre todo, con la novela El perfume, que particularmente a mí me resultó un tanto … aquí me quedo.

La verdad es que leyendo el libro, vamos escuchando la música, el contrabajo y hasta los conciertos y la orquesta. Nos lleva, nos acerca, nos insiste, nos grita, nos sentimos parte de la pequeña habitación y le prestamos toda nuestra atención.

Es una obra para oír, para escuchar, claro, así se gestionó, y así fue teatralizada.

Un músico en su pequeña habitación insonorizada irá desgranando su existencia junto a su contrabajo, que nos lo describe a la perfección , nos relata la historia de cómo surgió el contrabajo, nos cuenta como es, su tamaño, su forma, también como suena , como lo toca. Todo ello nos irá envolviendo para contarnos también su particular manera de vivir, de amar, de existir. Familia, estudios, música, trabajo, fantasías. Es el concierto humano.

Parece mentira que en tan pocas páginas pueda decirnos tantas cosas y sobre todo de la música, de los músicos, de su contrabajo.

La obra comienza con la segunda sinfonía de Brahms, en un tocadiscos y así empieza a hablar el protagonista, el músico, realzando la importancia del contrabajo, de su contrabajo.

Pero es muy interesante como, poco a poco , irá tomando consistencia también otro aspecto, ya no le parecerá tan importante y a veces mezclado con sus buenos tragos de cerveza, sube el tono de voz y nos asusta, y al contrabajo lo percibimos de otra manera, porque el protagonista así lo decide y nos lo cuenta .

Lección de vida, nunca nada permanece de la misma forma, nuestro estado de ánimo, nuestra edad, nuestra vida, nuestras experiencias, se encargan de modificarlo todo.

Y finalmente, sale de la habitación, cierra la puerta, se va a trabajar a la orquesta. Y nosotros entonces ¿qué hacemos?
Pues también cerramos el libro y pensamos en el contrabajo y podemos hacer hasta una reseña.

También podemos tocar, si sabemos, algún instrumento, después de esta lectura entran muchas ganas. Yo, por ejemplo, he sacado y aporreado un poco mi ukelele.

Solo me resta decir, que hay algún aspecto en la obra que me ha sonado mal, de ahí mi puntuación. No digo nada más, si lo leen, ya dirán.