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Nos situamos en Pamplona. Unas horas antes del inicio de San Fermín aparece el cuerpo sin vida de una chica en un parque cercano al río. En esta novela nos reencontramos con Gabriel, en su papel de policía investigará el caso por una línea mientras nuestra Anne, como periodista, lo hará por una línea diferente. Como nos tiene acostumbrados la autora, en un punto de la historia ambas líneas se entrelazan dando lugar a un final sorprendente. Nos encontramos ante un thriller altamente adictivo. Como en los libros anteriores, desde que lo empecé no pude soltarlo hasta terminarlo. La trama que va in crescendo, llena de giros donde cada paso te va dejando más intrigada aún, siendo imposible no hacer tus propias cábalas a medida que vas avanzando en la lectura. También volveremos a encontrarnos a varios de los personajes que conocimos en las entregas anteriores y cada uno de ellos aportará mucho en este cierre. Os confieso que he sentido pena al despedirme de estos personajes, pero a su vez siento que ha sido una gran despedida que me ha dejado con buen sabor de boca. Por ello no me queda más que recomendaros esta trilogía que tanto me ha gustado. |
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