Leo quiere a Aries

Si me pidieran que definiera esta lectura en una sola frase en la que explicara qué me ha parecido y lo que creo que transmite, diría que es una tierna, divertida y bonita historia de amor que se forja a fuego lento y justo delante de nosotros, para nuestro deleite personal. Así de sencillo y así de maravilloso.

Se supone que ahora debería hablaros sobre esta historia, sobre cómo he disfrutado con esa manera tan simple, directa, divertida y tierna que tienen ambos de coincidir, sin ningún drama, simplemente dos personas que se conocen, aprenden a vivir el uno con el otro, a aceptarse, a disfrutar juntos de los momentos que comparten y a entender hacia donde les lleva todo, y eso que los dos no parecen estar en la misma línea desde el principio.

Personajes buenos, sin defectos importantes, de esos que casi te recuerdan al feel-good. Uno de ellos es divertido, inteligente, libre, alocado, amante, directo y le gusta arriesgarse, aunque cree que todo es sencillo y está bajo control, aunque no deja de tener sus miedos; el otro es maduro, tranquilo, ordenado, inteligente, agradecido, adulto, divertido a su manera, serio a su manera, y aporta consistencia a esa relación que crece mientras leemos.

Una historia centrada en el amor que se cuece a fuego lento, sin prisa pero sin pausa, dejando buenas sensaciones por todos sitios, llena de buenos y divertidos momentos. No es en sí una comedia pero lo pasas muy bien leyendo cómo se desarrolla todo. Creo que podría decir que el protagonista real de la novela es la amistad, y el co-protagonista el amor, bañado de atracción y aderezado con inteligentes y sencillos diálogos, quedando todo en familia, pero creo que es mejor no hacerlo porque suena más pomposo de lo que esta novela se merece; os aseguro que a pesar del buen rollo y dulzura que rezuma, no hay ñoñería.

El planteamiento de la historia parece muy sencillo, y en realidad lo es, pero gracias a todos los clichés que atesora, la lectura se hace más cercana y agradecida, y os aseguro que sorprende en algún punto, y esa parte inesperada la hace más recomendable.

A pesar de que el tema físico se trata de una forma natural y directa, las escenas o momentos son pocos y están tan sencillamente tratados que, sin llegar a ser una novela "blanca", es una lectura cómoda para aquellos lectores más reticentes a las novelas con una pareja del mismo sexo, como me ocurría a mí hasta hace poco.

¿A quién le recomendaría esta novela? sin dudarlo, a todo lector de romántica que disfrute de una bonita, divertida y limpia historia de amor, contemporánea, directa, con esa manera inteligente de construir una conexión que se va notando poco a poco, a medida que vamos leyendo y conociéndoles más. Además, también sería una lectura que le aconsejaría a alguien que buscase algo sencillo, bien escrito, sin dramas, que le levante sonrisas y, en algún momento, te deje esa confianza en que el amor tan así, tan sano y sencillo, es posible de esa manera entre dos personas. Yo pienso seguir leyendo lo que Anyta quiera contarme porque es bueno para mí xD.


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