Otro maravilloso libro de la serie "Signos de Amor" de esta autora. Es el tercero en la serie, (todos se pueden leer de manera independiente), y me ha encantado. Wesley es un chico que me ha hecho reír y también me ha conmovido. Es un personaje tierno, con buen fondo que solo intenta salir adelante y ayudar a su hermano. Lloyd tiene la paciencia de un santo, está centrado en sus estudios y en hacer cumplir las normas de la residencia de estudiantes donde vive. Las escenas juntos son hilarantes y la tensión sexual es casi palpable a través de las páginas. El hermano de Wesley, el tercero en discordia, aporta muy buenos momentos y esos innumerables cafés que se toman se convierten, también, en un elemento importante. Como todas las historias de la autora, es un amor a fuego lento cuya trama es mucho más que solo una historia de amor. La aceptación de la homosexualidad, problemas económicos y prejuicios arcaicos se mezclan en esta novela junto con un romance muy especial. Es un libro estupendo que he disfrutado muchísimo por todas las emociones que despierta al leerlo y la forma tan magnífica que la autora tiene de narrar y hablar de sentimientos. Como los dos anteriores, recomiendo esta historia porque es genial, divertida y romántica a partes iguales. |