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Después de leer Sadie sabía que leería todo lo que publicaran de esta autora y cuando Meli, editora de VRYA, anunció que traerían otro libro de Courtney Summers yo estaba más que puesto para sufrir. Romy es encontrada al lado de una carretera, con su ropa destrozada e incapaz de recordar lo que sucedió la noche anterior. Pero al menos la encontraron y regresó a casa. No como la otra chica que desapareció la misma noche y de la que sigue sin haber rastro. Y el pueblo detesta que Romy, la chica problemática con un pasado turbio y que no vale nada, sea la que haya sido encontrada sana y salva. Si tan solo no hubieran perdido tiempo en buscarla, la otra chica estaría a salvo. Ahora Romy debe lidiar con las críticas y cargar con la culpa de haber sobrevivido. Recuerdo que cuando escuché por primera vez la sinopsis de este libro era algo similar, se insinuaba que Romy era odiada por haber sido encontrada y que otra chica siguiera desaparecida, pero hay una parte FUNDAMENTAL que se dejaba de lado y es que Romy "tiene un pasado" que hace que, según todos en el pueblo, su existencia valga menos y que el hecho de haber sido encontrada con vida sea un desperdicio. Si soy sincero, duele, y bastante, aunque Romy no sea la mejor persona o no le caiga bien a nadie su vida no vale menos, no merece desaparecer y ser reducida a menos que nada, nadie lo merece. Básicamente en torno a eso gira nuestra trama, en cómo Romy se sobrepone a ser juzgada por alzar la voz, al trauma que le que causó su desaparición y entender qué fue lo que sucedió en esa noche que no recuerda. Algo que considero súper importante en este tipo de libros es la creación de los personajes donde son ellos quienes cargan las repercusiones de la trama y creo que aquí están perfectamente hechos. Romy, nuestra protagonista. Es una chica que toda su vida ha sufrido, desde estar en un hogar abusivo hasta ser juzgada por sufrir abuso sexual y denunciarlo, y esto solo es la primera parte de lo que ha tenido que vivir, pues después de que es encontrada sana y salva, si su vida ya era un infierno, ahora es peor, no recibe descanso por parte de la crítica pública. Tengo mucho que decir de ella, pero creo que es un personaje que deben conocer de primera mano, sabiendo que no es una santa (¿quién lo es?), pero está alejada de ser la peor persona del mundo y no merece el rechazo que recibe. Es un personaje fuerte, resiliente y que sabe el concepto de justicia aunque no se aplique en ella, no tengo idea de cómo le hacía para sobreponerse al infierno que significaba ir a la escuela todos los días y recibir insultos a diestra y siniestra. Yo solo quería ser su amigo, darle un abracito y decirle que el mundo era un idiota por ser crueles con ella y no comprenderla. Los padres de Romy, son una parte fundamental y aportan muchísimo a la trama. Su padre es todo un personaje en el pueblo: es un alcohólico desempleado indeseado y que, por si fuera poco, abandonó a su familia, creando una reputación que los persigue. Su madre es todo lo contrario, es una buena persona y que se preocupa por el bienestar de su hija, apoyándola sin importar qué, incluso cuando todo señala que miente y tiene un novio que también está para Romy, ambos se ganaron mi corazón, son el claro ejemplo de lo que un adulto debe hacer en situaciones delicadas y significó mucho para mí el tener presentes figuras adultas correctas en las que se pueda confiar. La historia tiene pequeñas dosis de thriller, pues desconocemos qué es lo que pasó con Romy en el pasado, lo que la llevó a ser tachada de mentirosa y repudiada; se nos dan flashbacks de lo que sucedió y poco a poco vamos entendiendo por qué la tratan como la tratan (que no digo que esté justificado, solo que así actúa la gente sin escrúpulos de ese pueblo, defendiendo su privilegio). Nuestra segunda dosis de suspenso entra cuando se encuentra a Romy al lado de la carretera, de igual forma se nos van dando flashbacks a lo que sucedió en la fiesta y la razón por la cual no recuerda nada; estos esfuerzos de Romy por recordar están acompañados del sufrimiento silencioso de la desaparición de la otra chica y el esfuerzo y anhelo de todos por que aparezca. Aunque este libro fue publicado en 2015, la historia se siente atemporal, como algo que podría suceder en pleno 2021, muy a pesar del cambio que ha habido en la sociedad y los esfuerzos por modificar las conductas misóginas. Especialmente lo veo reflejado en los compañeros de escuela de Romy, la forma en la que defienden lo indefendible y buscan mantener el status quo, no permiten que nada altere la situación privilegia en la que cada uno se encuentra y prefieren ignorar la realidad a enfrentarse a ella, incluso aunque esto signifique herir a la víctima y glorificar al agresor. Como no podría faltar en un libro de Courtney, hay una fuerte crítica hacia la sociedad machista y la doble moral que se maneja cuando se trata de juzgar a un hombre y a una mujer, en cómo se prefieren ignorar los hechos y culpar a las víctimas antes de hacer algo al respecto, y no solo lo hace de forma contundente, sino de una forma en la que duele y quema en los rincones más recónditos de tu ser. Hay algo que me pareció interesante y es que durante la historia Romy tiene un interés amoroso, un chico de su trabajo, que vive en otro pueblo y que solo conoce la parte buena de Romy, la que no está relacionada al escándalo y que no tiene una mala reputación. Romy considera su trabajo como su zona segura, un lugar donde puede ser ella misma sin miedo a ser juzgada o señalada por decir la verdad. Y sé que conforme se van descubriendo los hechos del pasado esta relación puede parecer inadecuada, pero a mí me encantó tener un pequeño rayo de luz entre tanta oscuridad y dolor porque se siente sano, reparador y correcto. Por si necesitan más referencias y todo lo que escribí anteriormente carece de sentido, Nothing new, de Taylor Swift tiene todas las vibes del libro y, en especial, de la relación. En resumen, Con toda la furia, es un libro que duele porque se siente demasiado real porque retrata miradas, críticas, palabras y acciones crueles y despiadadas hacia una chica que el único delito que cometió es alzar la voz y vivir, pero que duele aún más porque nos recuerda que esto no se limita a la ficción, es una historia que se repite todos los días y que queda impune en todas las ocasiones. Aunque es de los primeros libros de Courtney Summers, deja claro que es una autora que tiene mucho que decir, lo hace con las palabras adecuadas y siempre duele. |
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