Si tuviera que quedarme con alguna frase de este conmovedor libro es la que he escrito en el título de esta reseña: «Toda mi vida me asombra». Y es que, a lo largo de las rápidas 208 páginas de "Me llamo Lucy Barton", podemos conocer o intuir su asombro por casi todo. No es un libro común; a veces resulta infantil teniendo en cuenta que quien nos habla —Lucy—, es una mujer adulta cuyas conversaciones con su madre no resultan demasiado intensas y la mayoría no llegan a nada en concreto. No hay una trama al uso, sino varias piezas de la vida de un personaje que cae en gracia y resulta entrañable aunque un poco boba en ocasiones. Es mi opinión. Es intimista, se lee fácil y rápido y la narrativa es muy sencilla, apta para todo tipo de público. Solo en una ocasión he estado al punto de la lagrimilla, reconozco que ha conseguido emocionarme y cautivarme en algunas "escenas", pero no es del tipo de novela que me suela apasionar. Aun así la recomiendo por su sensibilidad.
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