La antártida del amor

En la vida de cada persona siempre hay un Big Bang. El epicentro del que parte todo lo que para bien o para mal cambia para siempre lo que éramos hasta entonces. A veces, puede ser algo tan imperceptible, tan minúsculo que suele pasar desapercibido hasta que las consecuencias son enormes e irreversibles.

Para mí, como no, ese Big Bang fue un libro. Confieso que es un libro que aun no he leído, pero eso poco importa, porque ese libro no estaba destinado a ser leído, sino a ser el libro que cambiara mi vida para siempre. Ya volveremos a ello más tarde (si me acuerdo, que ya he cumplido los 35 y la memoria lo nota) que esto se supone que es una reseña.

La cuestión es que la vida de Inni, la protagonista de esta historia también tiene un Big Bang que cambiara el curso de su historia y de las personas que la rodean para siempre: El día que decidió subirse al coche de la persona equivocada.

Para mí fue todo lo contrario. Yo pregunté por un libro a la persona adecuada, y eso cambió mi vida para siempre. El escritorio donde estoy sentado, el portátil en el que escribo, todas estas letras que estoy escribiendo no serían nada sí aquel libro no se hubiera cruzado en mi vida… (bueno, el portátil existiría, solo que lo estaría aporreando otro por ahí)

Inni no puede decir que lleve una vida modélica. Vive en la calle, lejos de sus hijos, es drogadicta y un día, movida por quién sabe qué impulso acaba en el coche de su asesino. Ella nunca podría haberlo imaginado… o tal vez sí… El caso es que ella nos va a narrar en primera persona las circunstancias de su muerte y la repercusión que tiene en sus seres queridos y no tan queridos, y también nos hablará del cúmulo de circunstancias y malas decisiones que la llevaron a cometer el error más grande de su vida.

La cuestión es que el día en el que le pregunté a aquella chica por un libro que tenía constancia que había leído para ver si merecía la pena… no podría haber imaginado que me iba a llevar a la persona más increíble que he conocido en mi vida. Solo fue un segundo en la eternidad, pero fue de esos segundos que duran toda una vida. Fue un libro lo que hizo que estéis aguantando hoy mis reseñas, como suele suceder en la vida de todo lector, pero fue ese mismo libro el que dio la oportunidad de conocer a Tamara.

Ya veis que la suerte es un poco caprichosa en esto de los Big Bangs. A algunos les toca morir y a otros vivir, como si estuviéramos siendo juzgados por algún emperador romano con malas pulgas. Inni y yo hemos visto los pulgares del susodicho en diferentes posiciones, pero quedaos con esto: Siempre hay un ínfimo instante que da comienzo a un todo más absoluto de lo que podéis imaginar.

¿Quién es el asesino de Inni? ¿Cuál es el libro del que os hablo? No importa. Creedme. No importa. Eso no es lo importante en nuestras historias. Lo importante es que en nuestra era existe el fuego y los abrazos, y eso es suficiente para hacer que esta Antártida sea un poco más calentita. Aquí en Sevilla ahora no hace falta. Aquí en verano vivimos achicharrados, con mucho amor, pero achicharrados.

¿Queréis un poco de fresquito antártico? Pues nada, os dejo el enlace como siempre:

https://www.lalibreriaambulante.es/es/libro/la-antartida-del-amor_9960010083
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