Una novela que va de menos a más, ya que los primeros capítulos se me hicieron un poco pesados, después empezó a gustarme bastante, pero no me enganchó hasta más o menos la mitad del libro. Aun así, es una historia que he disfrutado mucho, los últimos capítulos son muy emotivos y me han tenido llorando y con el corazón en un puño. El epílogo me ha encantado, me ha parecido precioso que, después de tanto sufrimiento, el final haya sido tan bonito y esperanzador.
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