La abadesa de Crewe

La lectura de la abadesa de Crewe ha sido de las más divertidas que he tenido últimamente. La verdad es que el humor de Muriel Spark es sorprendente, no deja de hacerte reír, o por lo menos, no parar de sonreír. Va enlazando un chiste con otro, a través de un lenguaje religioso, lo cual llama la atención en numerosas ocasiones.

No solo es una lectura divertida, también contiene una crítica bestial a la Iglesia, con sus tejemanejes, sobornos e hipocresía. Ese convencimiento de que el fin justifica los medios, y que a veces hace que se pasen por alto incluso los derechos humanos, está muy presente durante toda la lectura.

Los personajes que van apareciendo en el libro hacen que a veces haya imaginado que estaba leyendo más una obra de teatro que una novela: todos parecen caricaturas de sí mismos, y la historia transcurre siempre en la abadía de Crewe. Las monjas nobles y burguesas, que al ingresar en la abadía, ceden sus propiedades y riquezas a la misma, dan juego a la historia con sus manipulaciones y enredos.

Gracias a este humor particular al que me referido antes, y de un lenguaje mordaz, la lectura se agiliza de manera sorprendente. Este libro puede leerse de una sentada durante una tarde tranquila, como yo he hecho. Además, aunque se trata de una novela corta, tras su lectura da la sensación de que la historia se cierra, de que no queda ningún cabo suelto. Un libro muy recomendable para olvidar durante unas horas cualquier problema.