Otros nombres para el amor

Es difícil que un libro no me guste, o en su defecto, me agrade; sin embargo, esta obra fue la excepción.

Resumen: el libro narra la historia de Fahad en tres épocas distintas: la primera parte se centra en su juventud a los 16 años; la segunda (que dura un par de capítulos) abarca su vida cerca de los 30 viviendo en Londrés; la última parte, nos habla de Fahad a los 40, aproximadamente, siendo un hombre adulto. A pesar de estas cambios de edad, el autor no supo implementar la evolución de su personaje ¡Es el mismo teniendo la edad que tenga! Es un ente plano, "avanza" en la vida sin cambiar, y eso es muy desesperante.

Con respecto a la trama, al principio creí que abordaría el tema de la identidad sexual del personaje en un mundo cerrado como lo es Pakistán, donde básicamente es ilegal ser parte de la comunidad LGBT, empero, cuando ocurre la revelación del personaje, él mismo abandona esa tierra y ocurre una elipsis que nos lleva a la segunda etapa de la obra, en un país primermundista, donde vive tranquilo y sin prejuicios. La última parte es un tanto más interesante, se deja de lado el aspecto personal del protagonista para centrarse en el drama familiar sobre la pérdida de las tierras. Si soy sincero, en esta última parte el que brilla por su interés es Rafik, el padre del prota, debido a su demencia senil y los acontecimientos casi surrealistas por los que pasa, hay capítulos donde no quieres que se terminen porque te intriga saber qué es de él y de su historia; mientras tanto, Fahad... sólo pasea como loco sin saber que es lo que busca, si se llega a replantear cosas como la importancia sentimental de su tierra natal lo hace de una manera muy escueta y tan superficial que el párrafo utilizado para eso es extremadamente corto. Sinceramente, es decepcionante este personaje, y me da la ligera impresión de que el autor hizo en "Self insert" con Fahad, así que da cierta grima.

Por último, comprendo que el título del libro, "Otros nombres para amor" se refiere no sólo a un amor homosexual, sino también al amor filial, al amor por la herencia y la cultura, el amor por los recuerdos y el anhelo de sobrevivir a la huella del tiempo; pero es que todo está tan revuelto y tan mal manejado que sinceramente da una pereza extraordinaria leer esta obra. Si la terminé fue por orgullo, más no por placer.

El amor, qué cosa tan compleja, tan indefinible, tan cambiante. Cuánto bien nos hace y cuan mal nos puede hacer sentir. Cuántas variantes intervienen en él, cuántas expectativas, cuántos miedos, cuántos tabúes.

“Otros nombres para el amor”, de Taymour Soomro, trata de esto, de la complejidad del amor, de su capacidad de hacer sentir libres y del miedo a serlo, de las ataduras sociales, familiares, de género. de los estereotipos, de lo que está mal visto o bien visto, de lo que se debería “ser” y lo que se debería sentir.

Va de amor y de familia, del peso que se pone sobre los hombros de los hijos, de intentar que vivan la vida que queremos y no la que quieren, del salto generacional, cultural, ideológico.

Va de la masculinidad, del hombre poderoso, el que manda, el que infunde miedo, el que dice lo que hay que hacer y espera que se haga al instante, el que se ve en la obligación de crear copias exactas de sí mismo en sus hijos, sin fallos, sin contratiempos, sin cambios.

Una historia fluida, cómoda, sencilla, pero con mensaje, interesante, que atrapa aunque en mi opinión va un poco de más a menos. Un relato en el que se refleja la realidad de muchas de las personas que viven en Oriente Medio, que refleja las diferencias sociales, culturales e ideológicas que aún existen no solo entre países o continentes, sino entre zonas urbanas y rurales dentro del mismo país.

Un libro entretenido ideal para verano, que cumple con su función y que nos regala ratitos de lectura de lo más agradables.