El arte de leer las calles: Walter Benjamin y la mirada del flâneur: 11

La clave de esta facultad infantil que Benjamin parece encontrar en el ‘flâneur’ es el hecho de que facilita la empatía, permite al observador hacerse «semejante» al observado.

“El espacio es una duda; continuamente necesito marcarlo, designarlo. Nunca es mío, nunca me es dado. Tengo que conquistarlo.” (G. Perec)

Todo «deambular» lleva consigo no solo el acto físico de caminar, sino también la posterior reflexión acerca de lo observado.

Como individuo moderno, el ‘flâneur’ ve estas nuevas imágenes que la modernidad le ofrece como algo que se presta a ser «leído», y se abandona al espectáculo del mundo que se despliega ante él.

El hecho de que no se tenga un rumbo determinado no significa que el paseante no busque algo, aunque ese algo se incluya a menudo en el marco de «ocupaciones inútiles» que establece implícitamente la sociedad capitalista

Como individuo moderno, el flâneur ve estas nuevas imágenes que la modernidad le ofrece como algo que se presta a ser «leído», y se abandona al espectáculo del mundo que se despliega ante él.