No tengo un rostro que recordar. No tuve ni tendré. ¿Cómo se llora lo que no alcanzó a existir?
|
No tengo un rostro que recordar. No tuve ni tendré. ¿Cómo se llora lo que no alcanzó a existir?
|
Predicar la fé es fácil, practicarla es otro cuento
|
Moby Dick, Herman Melville