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La lectura comienza con el proyecto de Decreto de la Asamblea Nacional de Paris de 1789 en el que se declara la igualdad de las mujeres. Un comienzo que deja entrever que las protagonistas de esta novela no son las típicas mujeres de aquella época: sumisas, supeditas a las órdenes de los hombres y temerosas de Dios. Más concretamente, vamos a conocer a las Carbayo –especialmente a Andrea-, una saga de curanderas con un don especial para las plantas medicinales y su aplicación en dolencias y enfermedades. Si a principios del siglo XIX no estaba bien visto que las mujeres se dedicaras a estos menesteres el ser pelirrojas complicaba aún más su libertad ya que las tachaban de brujas e hijas del demonio hasta el punto de ser perseguidas por la inquisición y sufrir las brutales torturas que ésta “santa institución” aplicaba a todo aquel que era diferente. Pero, como decía, La hija de las mareas se centra más en la última descendiente Carbayo: Andrea, la hija ilegítima de Gaspar Melchor de Jovellanos, y al igual que su padre se inclina más por el pensamiento liberal que por las plantas y remedios naturales. de este modo la veremos crecer en Oviedo pero, por circunstancias de la vida, viajará a Oxford para hacerse pasar por hombre y asistir a una clase de medicina o a París donde vivirá la Revolución francesa y participará en la lucha por los derechos de las mujeres. Allí es donde su verdadera vocación por escribir alcanza su punto álgido ya que se convierte en editora de imprenta y escribe panfletos reivindicativos así como obras de teatro un tanto avanzadas para la época. Aunque todos los personajes femeninos son adelantados a su tiempo Andrea es la guinda del pastel ya que fue una mujer ilustrada que participó en las tertulias de la época en las que se ponían sobre la mesa los avances científicos y sociales del momento, también fue maestra y traductora pero, sobre todo, una luchadora nata. Como decía al comienzo de la reseña, la autora mezcla hechos reales con otros de ficción que nos permite conocer la España absolutista, retrograda y oscura del reinado de Fernando VII en contraposición a la libertad de las ciudades europeas. También viviremos cómo se fragua la Revolución francesa, el destierro del monarca español, las ideas liberales de Jovellanos entre otras muchas cosas interesantes para quienes nos gustan los datos históricos. Con una buena ambientación y unas descripciones que trasladas al lector a todos y cada uno de los escenarios en los que trascurre la acción de la hija de las mareas, la autora consigue una novela que se lee con gusto y que atrapa de principio a fin. Con unos personajes sólidos y bien perfilados, tanto los principales como los secundarios, que despiertan las filias y las fobias de quienes nos adentramos en sus páginas. Una lectura fácil y con un estilo sencillo pero cuidado donde se aprecia la ardua labor de investigación donde se conjugan con todos los elementos que ya he ido mencionando para hacer una novela muy grata que tiene como eje central la idea de qué hubiera pasado si Jovellanos hubiera tenido una hija (el personaje de Andrea). Para ser mi primera toma de contacto con la obra de Sánchez Vicente he de decir que ha cumplido con crecer mis expectativas y no descarto hacer más incursiones en su obra. |
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