La hija de las mareas

Andrea Carbayo de Jovellanos escribe sus memorias para contarnos su vida y la de su madre y su abuela. Conoceremos así a una saga de mujeres excepcionales.

Andrea, nacida Carbayo, hija natural de Gloria “la Encantadora” y, supuestamente, de Gaspar de Jovellanos va a vivir todos los vaivenes de finales del siglo XVIII y principios del XIX, tanto en España como en Francia.

Cuando empieza la novela no sabemos quién está escribiendo. Es una voz en primera persona la que nos empieza a contar de su abuela Carola y del nacimiento de su madre, Gloria. Aún queda mucho para que Andrea entre en escena. Así que durante unos cuantos capítulos conoceremos las visicitudes que vivió Carola, quien enviudó nada más tener a su única hija y que conocía el arte de curar con plantas, conocimiento que trasladó a su hija. Ya sabéis que en aquella época las curanderas no estaban bien vistas y que muchas veces eran tildadas de brujas. Veremos todo lo que tienen que pasar la abuela y la madre de Andrea, la tensión constante que mantienen con una familia noble, los Valdés, y las relaciones con otra buena familia, los Jovellanos.

Y luego, por supuesto, sabremos quién es Andrea Carbayo y cómo fue su vida. Una vida muy “movida”, como movidos fueron los años en los que la misma transcurrió. Andrea era mujer y en esa época ser mujer y querer hacer cosas fuera de lo típicamente femenino (casarse y tener hijos) no estaba bien visto. Y menos en un país como España. Andrea no hereda la querencia de su madre y su abuela por las hierbas y medicamentos pero sí su mente inquieta. Habiéndose educado con los hijos de los Jovellanos, Andrea sabe leer y escribir y tiene una cultura a la altura (o incluso superior) de la de cualquier hijo de casa noble. Pero es mujer y la libertad le está vedada.

Veremos cómo Andrea intenta buscarse su camino –aunque sea mediante subterfugios, escondiéndose detrás de otros nombres o personas- para ir haciendo su voluntad. Viajará a París y allí vivirá los años previos a la Revolución Francesa pero también ésta y la época del Terror. Luego volverá a España y le tocará vivir todos los vaivenes entre Carlos IV y su hijo Fernando VII, Napoleón y José Bonaparte. El absolutismo más cerril y los visos liberales que de vez en cuando soplaban por el país.

“La hija de las mareas” es una magnífica novela histórica detrás de la cual hay un ingente trabajo de documentación. Nos aporta un interesante fresco de unos años muy convulsos, tanto en España como en Francia. de Obiedo (con b, sí, no es un error) a Gixón, de ahí a París y vuelta a España, la autora nos muestra la forma de vida en la época en diferentes lugares y clases. Desde las familias marineras, las curanderas, los nobles de rancio abolengo, el poder de la iglesia española, el liberalismo francés, el absolutismo de Fernando VII, las corrientes subterráneas por ir consiguiendo derechos (¡incluso femeninos!)… Es una novela muy ambiciosa que aborda muchos temas: la guerra, la educación de las clases no nobles, la educación de las mujeres, la división de la sociedad en tres estados con los consiguientes privilegios y obligaciones, las intrigas políticas, la ambición del clero… Andrea vivió mucho, muchísimo. Estuvo en todas las grandes cosas que pasaron en aquellos años y, además, en una posición privilegiada, en primera fila.

El personaje de Andrea está muy bien desarrollado si bien, lógicamente, sólo tendremos su versión pues la novela está narrada en primera persona, como si se tratara de unas memorias. A través de sus palabras descubriremos a una mujer inteligente, fuerte y valiente que no se arredra ante nada y que reivindica sus derechos, sin miedo a significarse. de su mano veremos la situación de las mujeres, horrible en nuestro país, no demasiado mejor en Francia (al menos si no se tenía un apellido noble.). Es un personaje carismático que, sin duda, se hace con el lector.

La autora y Andrea en su nombre utilizan un lenguaje culto (Andrea fue una mujer muy culta) y cuidado. En la novela hay más narración que diálogo y el ritmo es medio. En la historia hay de todo: guerra, amor, traiciones, delaciones, huidas, luchas, historias familiares…. Es imposible aburrirse con ella.

La autora mezcla con acierto realidad histórica y ficción, personajes reales y ficticios. Jovellanos fue real, obviamente, Andrea no. Sin embargo, sí que Jovellanos hace referencia a una “Encantadora” que estuvo relacionada con su hermano Miguel y la autora toma este hecho para construir a su alrededor el personaje de la madre de Andrea. Los hechos reales y los inventados y los personajes de ambos tipos están tan bien integrados que es difícil separar la realidad de la ficción. Aunque hay que señalar que la mayor parte de los grandes hechos que se narran son reales. Se puede aprender mucho de la Historia de esas décadas leyendo este libro.

Conclusión final

No puedo sino recomendaros “La hija de las mareas”. Una interesante novela histórica con un personaje carismático de la mano del cual conoceremos los hechos más importantes de finales del siglo XVIII y principios del XIX, tanto en Francia como en España y, en este último caso, centrándonos en Obiedo y Gixón
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