El ser humano es esclavo de sus pasiones, de sus debilidades, de sus justificaciones para excusar comportamientos instintivos... Es esclavo de su mente... El ser humano, en su engañosa supremacía, hace, deshace, decide y sobre todo prejuzga. ¿Cómo reseñar un libro que te ha disgustado y has adorado a partes iguales? Llegué a La piel fría a ciegas y confieso que me sentía a veces perdida y otras hastiada de tanta violencia, porque si algo tiene esta novela es violencia de muchos tipos. Pero a medida que avanzaba tuve que recular y reconocer que esta historia es una bofetada a mano abierta a la condición humana. Tuve que alabar a un autor que sabía dar simbolismo a absolutamente todo, que buscaba en el lector la reflexión y no esa superficialidad que nos maneja. Alfonso quería que pusiéramos la vista más allá del monstruo. Pararse a pensar, reflexionar y concluir en esta época que vivimos no está muy cotizado, pero es lo que La piel fría pide de nosotros y si una historia me pide algo, se lo doy y me recompensa del modo en el que lo ha hecho esta novela, solo me queda quitarme el sombrero. No puedo recomendarla a diestro y siniestro. A esta historia has de llegar con la mente muy abierta y dispuesta a dar un paso adelante, si no quieres que pase sin pena ni gloria o incluso te parezca desagradable. |