La piel fría

Nos encontramos con una novela siniestra en la que nos sumergimos en la mente de nuestro protagonista, un hombre que es destinado a una isla en la que en un principio parece que no hay ningún otro habitante aunque con el tiempo descubriremos que nada más lejos de la realidad, hay otro humano y... el resto... no son humanos. La isla está plagada de unas criaturas antropomorfas acuáticas que no tienen una actitud demasiado amigable.

A lo largo de las páginas somos espectadores de la fragilidad del ser humano en situaciones límites. La piel fría tiene un ritmo muy rápido, nada más empezar prácticamente ya tiene lugar el primer ataque y eso puede hacernos creer que se nos va a hacer muy larga la novela pero entre ataque y ataque nos vemos envueltos en los pensamientos y razonamientos de nuestro protagonista que analiza desde su punto de vista la realidad social de la raza humana así como diversas actitudes y costumbres.

La ambientación es brillante ya que tanto por las descripciones como por las cavilaciones del protagonista llega a nosotros la humedad de la isla, el frío y la niebla que la rodea, la inseguridad y el pánico más visceral que pueda llega a sentir nadie.


Es una novela diferente tanto por la historia como por lo que despierta en nosotros, puede parecernos algo lenta por su rapidez aunque pueda parecer paradójico. Sin duda recomiendo La piel fría a todo el mundo ya que es una historia imposible de encasillar.
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