Últimos días en Berlín

Tras leer Últimos días en Berlín opino que esta novela tendría que haber sido ganadora y no finalista de un premio que solo buscó generar polémica y sacar beneficio de su “estrategia”.

Paloma Sánchez-Garnica ha creado una novela muy bien documentada, con unos personajes magníficamente construidos y una trama perfectamente desarrollada. Es una novela bastante extensa en la que no dejan de ocurrir cosas y la autora demuestra haber tenido mucho cuidado para que todo quede perfectamente hilado y los eventos se desarrollen en consonancia. Paloma tiene mucho tacto a la hora de narrar y nos encontramos con un lenguaje elegante sin caer en dramatismos exagerados (teniendo en cuenta que toda la novela en sí es dramática).

En concreto, me ha gustado la manera en que está estructurado el libro. En sus páginas leemos cómo el totalitarismo afecta a la población en todos sus sentidos, no solo en la Alemania nazi sino en Rusia también. Para ello, la autora utiliza los principios de propaganda de Goebbels y a través de ellos ilustra lo que está ocurriendo en la historia en ese preciso momento. Y bueno, será cierto que toda la historia se repite porque se llegan a encontrar similitudes de esos principios con la actualidad también.

Por otro lado, Últimos días en Berlín incluye unos personajes principales cuyas vidas sentimentales giran en torno a un triángulo amoroso del que no estaba totalmente convencida y cuyo final no ha sido mi preferido. No obstante, esto solo es un detalle que va al gusto del consumidor, pues la novela acaba de manera digna y complaciente.

En definitiva, considero este libro un novelón dentro del género e insisto en que la calidad literaria que desborda es motivo suficiente para haberle dado el reconocimiento que se merece.