Últimos días en Berlín ha sido una “novela submarino” para mí. Me explico. Para conseguir sumergirse, las válvulas del submarino se abren y los tanques se llenan de agua. El peso aumenta y debido a esto comienza un movimiento descendente. Aunque la novela gira en torno a tres vértices principales que se van agrupando de dos en dos: Yuri Santacruz, Claudia Khaler y Krista Metzger, todos los personajes se expanden de forma horizontal provocando que las válvulas del corazón se abran. Para cuando te quieres dar cuenta ya estás completamente sumergido en la historia. En todo momento tuve la sensación de estar leyendo un conjunto sólido, un todo, un libro muy bien documentado, pero a la vez una ficción que remueve. Para hacer subir el submarino, se libera aire altamente comprimido que expulsa el agua de los tanques. También yo suspiraré liberando aire y ascenderé a la superficie para volver a leer a Paloma Sánchez-Garnica. |