Las tres heridas

«Las tres heridas», cuyo título es un guiño que hace su autora a uno de los poemas más breves y grandiosos de Miguel Hernández. Es una novela de las que dejan huella, con la que su autora rinde homenaje a todas aquellas víctimas inocentes de la Guerra Civil Española.

Con una historia que comienza en un tiempo pasado, en la localidad de Móstoles. Donde conoceremos a la joven pareja, Andrés Abad y Mercedes Manrique, quienes verán truncar sus planes de futuro, al ser separados por una guerra en la que la envidia, el odio y los deseos de venganza fueron sus verdaderos protagonistas.

Y que alterna con un relato en un tiempo presente, donde conoceremos a Ernesto Santamaría, un escritor viudo y solitario, que tras el hallazgo de una fotografía de la joven pareja, tomada el mismo día en la que se iniciaba la guerra civil, comenzará sus indagaciones sobre el destino de ambos, con la intención de ver cumplir su sueño como escritor.

De este modo, nos adentramos en una trama apasionante. Siendo guiados por su autora, a través de una madeja de historias entrelazadas y muy bien hilvanadas; en la que pese a ser la historia de Andrés y Mercedes su eje principal, son los personajes de Teresa Cifuentes y Arturo Erralde los que dan impulso a trama, conectando con las vivencias del resto de personajes que nos acompañan.

Con una narrativa omnisciente, sencilla y de ritmo rápido, nos trasladaremos al escenario de un Madrid asolado por la guerra civil, recreando fielmente el caos y el miedo que imperaba en sus calles. Siendo en el seno de una familia acomodada, donde conoceremos a Teresa Cifuentes, una joven educada conforme al ideario femenino conservador. Quién llevada por su sensibilidad, el espíritu rebelde y las ideologías políticas contrarias a las de su familia, llegará a convertirse en un personaje clave y de vital importancia en la vida de Mercedes Manrique.

Junto a ella conoceremos a Arturo Erralde, un joven de origen humilde, afiliado al partido socialista y de convicciones pacifistas, por el que Teresa siente un intenso amor pese a la negativa de su familia. Siendo este, quién nos abrirá las puertas del Madrid literario, de la mano de célebres escritores como Ramón J. Sender y el mismísimo Miguel Hernández, quiénes pasaran a formar parte del repertorio de personajes que nos acompañen en esta magnífica recreación de aquellos años de barbarie.

Atendiendo a ambas líneas temporales, es sin duda la que se corresponde con un tiempo pasado, la que gana mayor peso, tanto por el trasfondo histórico como por la intensidad de la trama, en la vida de unos personajes que resultan más creíbles y reales. Ernesto Santamaría es un personaje que es relegado a un segundo plano, en una trama donde cobra mayor protagonismo la historia que nos quiere ser desvelada. Aun así cumple con su cometido, trasmitiéndonos la importancia de atender a todo aquello que nos cuentan nuestros mayores. Sin embargo, en un tiempo pasado, sus personajes gozan de un mayor atractivo, siendo especialmente los personajes femeninos los que destilan una fortaleza y una sensibilidad, que las hace dignas de admiración.

En resumidas palabras, otra grandiosa novela de Paloma Sánchez-Garnica, de lectura necesaria. Con la que su autora nos hace tomar consciencia del peligro de dejarse llevar por el odio y el fanatismo, poniendo en relieve el hecho de que incluso en los momentos más es oscuros, tenemos la opción de elegir, animándonos a dejar aflorar nuestra bondad y generosidad.