La vida rara vez tiende un sendero claro ante ti, y aquel era uno de esos instantes en los que el camino parecía desaparecer por completo...
|
La vida rara vez tiende un sendero claro ante ti, y aquel era uno de esos instantes en los que el camino parecía desaparecer por completo...
|
No tenía sentido, pero entonces recordé lo que solía decir mi madre, que las mejores cosas de la vida no tiene explicación, simplemente ocurren
|
Una oda de Friedrich Schiller se escucha al final de su última sinfonía cantada por un coro.