Pese a unas primeras reticencias, Leila Slimani acepta dormir en el Museo de Arte Contemporáneo de Venecia. En esa noche de insomnio sin más compañía que las obras de arte, Leila nos habla de su proceso creativo, de la soledad del escritor, de la inspiración, de su identidad, del arte, de la memoria, de sus raíces, de su doble nacionalidad entre oriente y occidente, de la belleza, del silencio, de su infancia, de su padre, del papel activo del espectador ante las obras de arte… Paseándose entre pinturas y esculturas Leila —que quiere decir “noche” en árabe— nos ilumina su amor por la literatura y la escritura con sus recuerdos y reflexiones, con muchas referencias culturales y con ironía. Me ha fascinado tanto escuchar su voz y sus confidencias que su lectura me ha desvelado y lo he leído sin interrupciones en la intimidad de una sola noche. |