El cartero de Neruda

¡Libro corto pero muy denso! En cuanto a metáforas (muchísimas), otras figuras literarias, y el extenso léxico chileno he pasado más tiempo releyendo las mismas palabras o frases (y buscándolas en el diccionario) que sumergida en esta linda, pero también, dramática historia.

Como lectora y mera espectadora, le he cogido mucho cariño a Mario Jiménez (después de ser un joven irritante en múltiples ocasiones) y he terminado por experimentar con la misma intensidad con la que él vive su admiración y cariño por Pablo Neruda, así como su obsesión y amor por Beatriz. Con la controversia de Neruda, nunca fui especial fan de él ni muy cercana a sus escritos, y aún así, Antonio Skármeta ha conseguido crear una imagen muy afable y simpática del poeta. He disfrutado de toda la ambientación de Isla Negra, de sus habitantes y sus costumbres, y también he sufrido con los desenlaces políticos de la misma forma que se viven en el día a día: casi uno que sin darse cuenta por la actividad de la vida (hasta que es demasiado tarde para hacer algo), o por mucho empeño con el que se intentan cambiar las cosas, parece que cae en un saco roto. O peor aún (aunque no quiero entrar en detalles dentro de este campo político).

Creo que El cartero de Neruda es una lectura muy interesante, que invita tanto a reflexionar como a desconectar un poco del ritmo cotidiano. Recomiendo sobre todo leerlo cerca del verano o con temperaturas más cálidas porque la sensación de estar ahí, viéndolo todo como un fantasma o un mismo vecino de Isla Negra, produce que se potencien todos los sentimientos y se tengan a flor de piel.