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En este segundo libro, nos adentramos en la historia de Angelines, que a mí, ya me dejó intrigada en el libro anterior. Conoceremos la relación, o mejor dicho, la no relación entre ésta y el “alemán”. Dos personajes que son puro fuego cuando están juntos. Y cuando no, también. Las tres amigas vuelven con más fuerzas que nunca; con nuevos problemas que superar, situaciones disparatadas y de lo más rocambolescas, y algún que otro muchacho potente que las volverá locas, más de lo que ya están, que ya es complicado. Anaelia, Marisa y Angelines me han vuelto enredar en sus locuras, en sus líos, ¡y qué bien me lo he pasado! Entre el escocés, el alemán y ese Alejandro que me parece de lo más misterioso, más de una vez he tenido que parar de leer para refrescarme, o para asegurarme de que mis bragas no se habían desintegrado 😉 Los diálogos son geniales, disparatados y divertidos, los personajes, únicos; con un lenguaje directo y sin tapujos. Las escenas son de película, sobre todo esas en las que la situación parecía tan surrealista que no podías parar de reír imaginándola. La historia de Angelines, el alemán y la zorrupia, es de esas que destila buenos momentos, escenas muy subiditas, y sobre todo, mucho amor del bueno, del malo, y del guarro, gracias a un tiarrón que no para de sacarte los colores durante toda la historia. |
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