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Llamadme masoca si queréis, pero tendré que leer más de este hombre. Porque no me creo que con la fama que tiene le haya salido este esperpento. No tiene terror. Vale, el terror es algo muy personal, pero por no tener, ni siquiera tiene un solo personaje por el cual me preocupe. No hablemos ya de empatía. Es lento, lentísimo, y cuando parece que por fin ha llegado al primer giro que lo cambia todo... vuelve a convertirse en un cenagal. Quizá haya contribuido a eso el narrador, que he tenido que ponerlo a x2 de velocidad para sentir que avanzaba. No puedo decir que tenga concepto interesantes, porque no los hay. La acción se me ha hecho igual de lenta. Me pasa por hablar. Llevaba muy buena racha de lecturas para este inicio de año. |
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