Ha sido de las mejores lecturas del año, que ha conseguido atraparme y emocionarme a partes iguales. Un retrato como bien dice la novela de los hijos de los hijos de los que pasaron hambre, o lo que es lo mismo, la transición española en la mente de un niño que vive en el pueblo. Eme es una mujer rural y cuando se habla de empoderamiento a todos nos deberían de venir a la mente mujeres como ella. Qué historia tan enternecedora, a la vez que triste. No he vivido en la España de 1975 pero he sentido el acierto con el que el autor consigue narrarla. |