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Quien haya vivido o haya tenido pueblo sentirá la nostalgia que invade la narración, pero quién no también, esa época en la que íbamos sin cinturones en el coche, escuchando cintas, tardando muchas horas en llegar a nuestro destino y volviendo locos a nuestros padres con él “cuando llegamos”. Esa época en la que te bastaba tener una comba o una goma para poder jugar horas y horas en la calle. Nuestro protagonista, David, se va a vivir durante un tiempo a un pueblo porque a su madre le han dado la plaza de maestra en el mismo. Allí hará amigos, descubrirá juegos en la calle, lejos de la tecnología, que no existía, y sobre todo descubrirá una relación que trasciende del cariño, un amor infinito hacia Emérita, una mujer a la que su madre pide ayuda cuando ella se siente desbordada con todas sus tareas y que llega donde ella no puede llegar. Es un libro muy emotivo con una narración muy cuidada, pero es un libro que cuesta leer porque está lleno de nostalgia, de desamparo y de arrepentimiento. Un libro que te deja una huella en el corazón y te hace reflexionar sobre muchos temas pero sobre todo de lo ingratos que podemos llegar a ser. Enlace: https://www.instagram.com/el.. |
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