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Un día de diciembre cuenta la historia de Laurie, una chica de veinticuatro años que sueña con ser redactora en una revista. Vive con su mejor amiga, Sarah, que quiere ser presentadora. El libro comienza cuando un día, mientras está subida al autobús y este parado, ve en la parada del autobús a un chico guapo y misterioso. Sus miradas de juntan y, entonces, el autobús arranca, haciendo que no sepa ni su nombre. Un año después de buscar a ese chico misterioso, Sarah le presenta a su nuevo novio y con el que, según ella, se quiere casar: Jack. Y sí, ese chico es EL chico. Sin embargo, él parece no recordarla, así que Laurie no saca el tema, ni a su amiga, y actúa como si no llevara obsesionada con el novio de su mejor amiga desde hace un año. Así que, durante un largo tiempo, el libro nos va a ir enseñando todas las veces en las que Laurie y Jack coinciden, en las que se hacen amigos, en las que sus vidas continúan... En general, como sus vidas siguen, a pesar de estar ella enamorada de él en secreto. Los capítulos son de unas diez páginas, aunque también los hay de menos. Aunque la mayoría se hacen adictivos, y los cambios de narradores también enganchan, es cierto que con los saltos en el tiempo, porque en cuatrocientas páginas pasan casi diez años, da la impresión de que se pasa muy rápido. Por ejemplo, hay un cliché típico de novela romántica dramática que ADORO, pero en esta historia solo ha durado unas cinco páginas. Lo que más me ha gustado ha sido Laurie, aunque me ha puesto nerviosa en muchos aspectos, su manera de seguir adelante es admirable. También me ha gustado mucho ver la evolución de Jack. El final me ha parecido precioso. Es el perfecto final digno de la novela. al fin y al cabo, el libro es como la típica película navideña de Antena 3 al mediodía, aunque este libro no tenga mucho de Navidad, la esencia es la misma. En resumen, Un día en diciembre es una novela romántica, con clichés, con toques dramáticos. Con capítulos adictivos y ágiles. Con un final que te deja con ganas de abrazar la almohada y no soltarla. |
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