Me ha gustado el homenaje póstumo que le ha hecho a Domingo Villar, pero por otra parte, es la primera vez que tengo la sensación de que toda la trama no ha sido más que una excusa para hablar del tema del independentismo catalán. Y lo que más me mosquea es que lo hace desde una (muy medida para que no se note mucho) superioridad moral. El libro anterior, el mal de corcira, que hablaba del problema Vasco, no había (o yo no lo vi) tanta moralina.
|