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Crítica de islamilpalabras


islamilpalabras
19 February 2019
La acción de el libro comienza un año después de aquel jueves, y se va desvelando a través de cartas que Eva, la madre de la criatura, a modo de terapia, le va a escribiendo a Franklin, padre del muchacho, y en ellas nos va contando en un atrás y adelante, cómo era su vida en tres momentos: antes de Kevin, durante Kevin y después de Kevin.

Es muy difícil contar sin desvelar, así que voy a intentarlo al menos. Voy a intentar explicar también en ese orden, para que no resulte muy lioso. Todo, repito, desde el punto de vista de la madre, Eva.

Antes de Kevin tenemos a una mujer exitosa, viajera, independiente y enamorada que se plantea tener a su hijo, porque hay que tener hijos, porque se le va a pasar el arroz, porque es ahora o nunca pero que nunca estuvo del todo convencida, aunque decidió arriesgarse fundamentalmente por el amor que siente hacia Franklin, americano típico de los de película, un fotógrafo, localizador de exteriores para publicidad.

Aunque ya habían hablado de ello, pero sin planteárselo muy en serio, un día, ella, ante la inesperada tardanza del marido y la angustia que esto le provoca, decide optar por una maternidad ante la que hasta ahora había dudado. Desde el primer momento, siente que está teniendo un embarazo que no le pertenece y que se limita a ser la incubadora de un ser al que todavía no conoce y por el que debe sacrificarse continuamente en contra de su voluntad.

"¿Qué locura se apoderó de nosotros? ¡Éramos tan felices... ¿Por qué arriesgamos cuanto teníamos en ese juego atroz de tener un hijo? Me doy cuenta de que te parecerá sumamente blasfemo el simple planteamiento de esta pregunta..."

Pues sí y con semejante comienzo, ya intuyes que la cosa muy bien, muy bien no va a salir.

"Todo el tiempo que estuve embarazada de Kevin, luché contra la idea de Kevin, la idea de que había sido rebajada por él de conductora a vehículo, de dueña de una casa a simple casa."

Durante: Una vez nace Kevin, ella no siente esa felicidad y esa plenitud de espíritu que se les supone a las madres, cosa que la disgusta enormemente. Y la situación no mejora con el tiempo ya que se trata de un niño difícil de llevar, llora sin parar, que pronto se convierte en el terror de toda niñera que se acerque a él y de su propia madre, a la que la tarea de “quererle” se le hace del todo imposible por más que lo intenta.

Poco a poco y, a medida que Kevin se hace frío, introvertido, que no juega, no anda no habla y cuando por fin lo hace, puede hacer una larga lista de las cosas que detesta pero no decir ninguna de las que le gusta.

De cara a Franklin, el padre, ocurre todo lo contrario, cuando llega el padre, el niño es una delicia, bueno y encantador, así que el problema para el padre no es Kevin, sino su mujer.

Pero Eva va viendo que cuanto más crece su hijo es más malo, y manipulador, que cambia de carácter cuando llega el padre, un padre que está cegado por amor ante las cosas que hace su hijo y siempre encuentra la manera de exculparlo. Siempre cree la versión del hijo, aunque eso le lleve a distanciarse de su mujer.

Y la criatura sigue creciendo, y su madre va viendo que su hijo es más y más malvado y se echa la culpa, se pregunta porqué, de quién es la culpa…si fue por su actitud ante el embarazo, si es por ella, que está desesperada por volver a trabajar por no verlo….

Cuando Kevin se va haciendo adolescente, se va forjando en él una personalidad, solitaria, fría, insensible, de extraordinaria inteligencia pero maliciosa, más allá de las típicas travesuras infantiles, vamos una delicia el chaval…
Y llega el JUEVES, ese jueves al que se va haciendo alusión durante todas las cartas.

Un par de días antes de cumplir los 16 años va a su instituto y lleva a cabo con toda frialdad una matanza en su instituto cobrándose la vida de un puñado de compañeros y una profesora.


Seguro que no lo esperabas…yo no, aunque va dando pistas todo el rato, y vas viendo como esa madre lucha y lo intenta todo por quererlo, porque sea diferente por todo, pero no…

Después de Kevin, bueno, después de que Kevin cometiera la matanza y fuera encerrado en un reformatorio, aparece Eva, una mujer destruida que lo ha perdido todo lo material, en abogados e indemnizaciones, y su vida, ya que el mundo la culpa de los actos de su hijo, de su frialdad en el juicio y de su maldad. Y ella se ha autoimpuesto la pena de ir a ver a su hijo al reformatorio, y que aún allí la siga torturando con su frialdad y su falta de arrepentimiento. La vergüenza al contemplar el dolor de las otras madres, sus remordimientos por haber traído ese hijo al mundo…
El libro de la criaturita es tremendo, te hace pensar un montón, te destroza las entrañas, cuando te hace pensar si debes ser madre o no, si se puede odiar a un hijo…un montón de cosas, y es altamente adictivo, las casi 300 últimas páginas, las devoras. Y cuando terminas te quedas con un tremendo agujero negro en el estómago.

Y abarca muchos temas de debate y discusión: ¿existe el mal?, ¿las personas nacen o se hacen?, la educación de los hijos, el trabajo de la mujer fuera de casa, la tenencia de armas en Estados Unidos, las matanzas en los institutos…etc. Pero ya eso queda fuera de mi reseña…
Enlace: https://laisladelasmilpalabr..
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